Ciencia y Espiritualidad
Vivimos un proceso galáctico
Existen procesos cósmicos que parecen ser naturales y movidos por 'mecanismos celestes' incomprensibles, que funcionan como 'mecanismos de elevación' de las realidades en las que se manifiesta la existencia. Estos procesos ocurren en ciclos regulares que parecen obedecer a desarrollos cósmicos de evolución. En el caso de nuestro sistema -tal como ya se adelantó en esta sección- estos ciclos son controlados por el Sol. De acuerdo con esta teoría, los cambios en la energía del Sol serían provocados por variaciones en la estructura dimensional del astro. Recién en los últimos años se comenzaron a comprender los ciclos hiperdimensionales (que aumentan la dimesionalidad) del Sol, por lo cual se puede anticipar el momento en el que estos cambios están por ocurrir.
El legado de culturas como la maya y de 'profetas psíquicos' como Cayce nos hablan de eras de la civilización que transcurren cíclicamente en períodos que van de 25 mil a 26 mil años. Estas fechas cíclicas coinciden con el período de rotación completo del eje inclinado de la Tierra. O sea, que la Tierra gira aproximadamente 25.920 veces sobre su eje, para completar un giro del período llamado 'Precesión de los Equinoccios'. Se sospecha que al final de cada uno de estos ciclos de 25.920 años se produce un cambio en la polaridad magnética terrestre. El ciclo actual se completaría el 22 de diciembre del año 2012. Es decir que al final de esta etapa, el Sur pasaría al Norte y viceversa; algo que -según la ciencia ya comprobó-, sucedió innumerables veces en la antigüedad. Estos ciclos suelen ser acompañados por grandes procesos geológicos y climáticos que transforman la superficie del planeta. Algo que comienza a evidenciarse en las últimas décadas.
Los astros regentes
Lo peculiar sobre este tema, del llamado 'clima del espacio', es como la ciencia, y en particular la NASA, posee información que nadie parece consultar. Las páginas web de los principales organismos científicos vienen alertando en particular sobre dos temas que parecen dar asidero científico a los legados proféticos de la cultura maya y de los videntes Edgar Cayce y el argentino Solari Parravicini. La ciencia hace hincapié en la detección, por parte de la sonda Chandra que investiga el Centro de la Galaxia, de una misteriosa emanación de Rayos Gamma proveniente justamente de un agujero negro ubicado en la región central de nuestra galaxia, que sería la fuente que estaría provocando alteraciones en los ciclos solares.
Para sintetizar, el universo funciona y es regido bajo un sistema que podríamos llamar la 'ley del más fuerte'. Es decir, nuestro planeta es dominado por nuestro Sol y a su vez nuestro Sol es regido por el Centro de la Galaxia. O sea que, si existe un ciclo solar, debemos ligarlo a un ciclo Galáctico. Los mayas decían que cada 26 mil años el Sol Central de Galaxia o el Sol Manásico al que denominaban Hunab Kú, emitía una frecuencia a toda la Galaxia que armonizaba todas las frecuencias del sistema.
Las profecías mayas
La sonda estadounidense Soho, encargada de estudiar los ciclos solares, ha aportado las pruebas científicas necesarias para comprobar la veracidad de los datos aportados por los mayas. El científico y matemático Maurice Cotterell, que descubrió los ciclos de explosiones solares utilizando una supercomputadora del Cranfield Institute of Technology, logró datar el proceso del astro, dando solidez científica a la información matemática sobre los procesos solares que nos legaron los mayas en su Calendario Tzolkin. Los datos de los estudios descubiertos por Cotterell coincidían con los 1.366.040 días que eran conocidos por los mayas. Maurice Cotterell asegura que durante el cumplimiento de este proceso, los polos magnéticos del Sol se desestabilizan y cambian, produciendo como consecuencia serios cataclismos en la Tierra. Los mayas aportaron gran conocimiento al respecto, dejando un legado profético para futuras civilizaciones que debían comprender su información, aceptarla y prepararse para un cambio geológico y climático de grandes proporciones.
Esta conexión Sol-Tierra es desconocida por el 'común' de los científicos, pero mediante la comprensión de la dinámica de correlación universal, que esgrime la idea de que todo está entrelazado por un orden universal que todo lo abarca, es fácil entender el proceso. Existe una gran fuerza energética que opera en y a través del sistema solar entero, presumiblemente proveniente del Centro de la Galaxia. A primera vista esto se podría explicar como las fuerzas de gravedad de los astros trabajando, pero no es tan simple. La fuerza gravitacional del Sol es también una energía hiperdimensional en sí misma. Entonces la aparición de las llamadas 'manchas solares' que originan 'tormentas solares' y que usualmente son consideradas nada más que disturbios magnéticos, son en realidad liberación de partículas solares que actúan como aceleradores vibracionales que cambian la geometría 'divina' que da forma a la materia. Para decirlo de manera más sencilla: cambian la forma de la realidad tal como la conocemos y concebimos, transmutando por ende la composición biológica del ser humano y su comportamiento.
Coincidencias
El libro +Las Profesías Mayas+, de Cotterell y Gilbert, muestra sorprendentes coincidencias entre los pasos de los ciclos de manchas y explosiones solares que descubriera Cotterell y los singulares cambios en los procesos terrestres y humanos. Estas transformaciones pudieron detectarse observando los grados de radiación del Carbono 14 de los anillos concéntricos, que resultan del crecimiento de los árboles y que se registran en sus troncos. Los cambios también pueden evidenciarse en los trastornos climáticos provocados por las alteraciones en las temperaturas de las corrientes oceánicas, el avance o retroceso de los glaciares, los ciclos de nacimientos humanos y el avance y la declinación de las civilizaciones. Los niveles de radiación de C-14 decrecen y la actividad de las manchas solares se incrementan proporcionalmente durante esos períodos. Se supone que altas actividades solares se asocian con el nacimiento de sofisticadas y evolucionadas civilizaciones. La baja actividad solar se asocia, por su parte, con los períodos 'oscuros' de la humanidad, los cuales son seguidos por procesos de declinación del nivel cultural general, coincidiendo con la caída de importantes civilizaciones.
Cotterell sugiere que la radiación solar de alguna forma afecta a la conciencia humana y al desarrollo de nuestra cultura. El comportamiento humano entonces está influido por estos procesos solares y el efecto físico, que altera tanto a las personas como al clima, estaría causado por partículas cargadas de radiación provenientes del espacio. De forma inexplicable, esta verdadera lluvia de radiación invisible está causando cambios traumáticos pero positivos al planeta y a sus habitantes. El ser humano comienza a expandir su conciencia, aprendiendo a ver sus propios errores mientras transita un proceso de grandes conflictos y pérdida de rumbo, consecuencia de su propio cambio colectivo. Este incremento hiperdimensional, que lo conducirá a una nueva estancia evolutiva, producirá un punto de quiebre en el momento en el que se produzca la 'Ascensión', tal como se la conoce en metafísica. De acuerdo al chamanista Terence Mc Kenna, la Tierra durante el fin del calendario maya (en el año 2012), entrará en un alineamiento con el centro de la Vía Láctea durante el cual el tiempo lineal colapsará y nos reencontraremos con un tiempo universal conocido como 'Tiempo Real del Universo'.
AGRADECIMIENTO A REVISTA 'EL PLANETA URBANO' - SECCION PLANETA X
Por Brad Hunter
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Trayectoria del eje de la tierra alrededor del polo norte de la eclíptica.
La precesión de los equinoccios es el movimiento del polo norte celeste, que describe un círculo completo alrededor del polo norte de la eclíptica con un período de 25 780 años (período conocido como año platónico). Este movimiento es debido al movimiento de precesión de la Tierra causado por torque ejercido por el sol sobre la Tierra.
Hiparco de Nicea (siglo II a. C.) fue el primero en dar el valor de la precesión de la Tierra con una aproximación extraordinaria para la época.Contenido [ocultar]
1 Precesión de la Tierra
2 Precesión de los equinoccios
3 Véase también
Precesión de la Tierra [editar]
Órbita de la Tierra con el sol en el centro. Las posiciones de la Tierra a la izquierda y la derecha corresponden a los solsticios. Las dos del centro corresponden a los equinoccios. El aplastamiento de la Tierra está muy exagerado.
El eje de rotación de la Tierra está inclinado 23º 26' con respecto a la perpendicular a la eclíptica (el plano que contiene la órbita terrestre). El hecho de que el eje terrestre esté dirigido (en el transcurso de unos pocos meses o años) hacia prácticamente el mismo punto sobre la esfera celeste, es una consecuencia de la conservación del Momento angular de la Tierra.
La rotación de la Tierra causa un aplastamiento polar y un hinchamiento ecuatorial de la Tierra. Si este aplastamiento no existiese y la Tierra fuese esférica, la atracción del sol no produciría un torque sobre la Tierra y no habría modificación de la dirección del eje terrestre. Pero la Tierra está achatada por los polos, y la atracción de gravedad varía con el cuadrado de la distancia entre las masas ( entre los centros de masa del Sol y de la Tierra). La consecuencia es que la atracción del sol sobre el hinchamiento ecuatorial es un poco más fuerte en el lado del hinchamiento más próximo del sol que en el lado más lejano.
Como el eje de la Tierra está inclinado, una mitad del hinchamiento ecuatorial se sitúa de un lado de la eclíptica y la otra mitad del hinchamiento del otro lado. Durante los equinoccios, las hinchazones de cada lado de la eclíptica están a la misma distancia del sol y este no produce torque. En cambio, todo el resto del tiempo, y sobre todo en los solsticios, la hinchazón de uno de los lados de la eclíptica no se encuentra a la misma distancia que la hinchazón del otro lado. Como consecuencia aparece un torque creado por el sol. Ese torque provoca el movimiento de precesión de la Tierra.
Precesión de los equinoccios [editar]
Debido a este movimiento la posición que indica el eje de la Tierra en la esfera celeste (un ángulo de 23º 27' respecto a la eclíptica) se desplaza recorriendo una circunferencia completa cada 25.780 año, ciclo que se denomina año platónico. El círculo de la precesión tiene su centro en el polo de la eclíptica.
Como consecuencia del movimiento de precesión la posición de los polos celestes cambia continuamente. La precesión está causada por la fuerza gravitatoria de la Luna, el Sol y el resto de planetas sobre el abultamiento ecuatorial de la Tierra.
El cambio en la dirección del eje de rotación de la Tierra provoca una variación del plano del ecuador y, por tanto, de la línea de corte de dicho plano con la eclíptica. Esta línea señala en la esfera celeste la dirección del punto Aries, que retrograda sobre la eclíptica, fenómeno denominado precesión de los equinoccios. Las consecuencias de este fenómeno son:
El polo norte celeste se mueve en relación a las estrellas, siendo ahora la estrella polar alfa de la Osa Menor.
El primer punto de Aries, intersección del ecuador con la eclíptica, retrograda sobre el ecuador en el mismo período, es decir, 50,25" por año.
A principios de la Era cristiana el Sol se proyectaba al comienzo de la primavera en la constelación de Aries. Actualmente, 2000 años después, ha girado un ángulo = 50,2511 x 2000 = 27,92º, proyectándose en Piscis.
Además la precesión cambia la declinación y ascensión recta de cualquier estrella. Con el transcurso del tiempo el cielo nocturno va cambiando radicalmente. Tomemos como ejemplo las constelaciones de Scorpius y Orión, cuyas ascensiones rectas son 17 horas y 5 horas respectivamente: en el hemisferio norte Scorpius es una constelación de verano y Orión lo es de invierno. Dentro de unos 12.000 años ambas constelaciones intercambiarán su relación con las estaciones: Scorpius será invernal, y Orión, estival. Para entonces sus ascensiones rectas valdrán 5 horas y 17 horas respectivamente.
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Astronomía
9. PRECESION EQUINOCCIAL.
Una vez entendida la diferencia entre signos (abstracción del plano mental) y constelaciones (estrellas reales en el cielo), pasamos a estudiar un movimiento de la Tierra que explica la relación entre estos dos zodíacos (intelectual y natural). Se trata de la precesión equinoccial o de los equinoccios, el tercer movimiento terrestre que utiliza el cosmobiólogo para su investigación, aparte de la traslación y de la rotación. La precesión equinoccial es una rotación del eje de la Tierra sobre su centro y que tarda 25.920 años en completarse.
..1. Globo Terráqueo. Latitud y Longitud
..2. Rotación. El día y la noche.
..3. Traslación. Las Estaciones.
..4. Sistema Geocéntrico y Sistema Heliocéntrico.
..5. Ecuador Celeste. Eclíptica.
..6. Eclíptica y Zodíaco. Latitud y Longitud Eclípticas.
..7. Equinocios y Solsticios. Signos Zodiacales.
..8. Constelaciones.
..9. Precesión Equinoccial.
10. Eras Astrológicas.
11. Nodos Lunares.
12. Nutación.
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Es similar al movimiento de un trompo o peonza cuando comienza a perder fuerza (fig.27).
En el caso de la Tierra, el centro de rotación del movimiento precesional es el propio centro terrestre o, lo que es lo mismo, el punto medio de su eje de rotación (fig. 28).
De esa manera, el polo norte y el polo sur describen un circulo, mientras que el centro terrestre está relativamente inmóvil. Digo relativamente porque, en el tiempo en que los polos describen su círculo precesional, la Tierra gira 25.920 veces alrededor del Sol. Por lo tanto, se ha de entender el movimiento de precesión de los equinoccios como simultáneo y gradual respecto a la traslación. Este sutil bamboleo del eje de nuestro planeta ya era conocido por los antiguos desde hace milenios, lo cual asombra, porque la precesión es lentísima: cada 72 años un grado solamente.
La rotación precesional tiene importantes repercusiones desde la perspectiva cosmobiológica. Como se ve en la figura 29, actualmente nuestro polo celeste norte (prolongación del polo terrestre N) cae muy cerca de la estrella polar. Pero no siempre ha sido ni será así pues, como se ha explicado, el eje terrestre describe en 25.920 años un círculo. Por tanto, el eje celeste también realiza la misma circunferencia. En la figura 29 se observa cómo el polo norte celeste se va desplazando en el cielo apuntando a distintas estrellas hasta que, al cabo de 25.920 años, llega otra vez a su situación actual. Es fundamental entender que la Tierra realiza el bamboleo precesional conservando siempre su eje la misma inclinación con respecto a la perpendicular al plano orbital terrestre o eclíptica: 23º 27', tal como se detalla en la figura 28.
Debido a esto, en la figura 29 se ve cómo el radio de la circunferencia precesional mide 23º 27', siendo el centro de esta esfera (x) la perpendicular a la eclíptica. Esta perpendicular al plano orbital de la Tierra (sistema heliocéntrico) o eclíptica (sistema geocéntrico) es realmente el eje del plano de la eclíptica, tal como se ve en la figura 30. Es decir, igual que el plano del ecuador celeste tiene un eje perpendicular a él (eje de la bóveda), el plano de la eclíptica tiene otro.
En el tema que ahora se está tratando, le aconsejo que vaya despacio y no pase al punto siguiente sin haber asimilado el anterior.
El plano orbital terrestre alrededor del Sol (sistema heliocéntrico) es siempre el mismo o, dicho de otra forma, la Tierra siempre circula en torno al Sol (sistema heliocéntrico) por la misma autopista. Por tanto, desde el punto de vista geocéntrico, hemos de decir que el Sol siempre se mueve (aparentemente) en el mismo plano alrededor de la Tierra, si comparamos su recorrido con el fondo de estrellas fijas de la bóveda celeste. Esto último implica que el plano de la eclíptica está inmóvil en el cielo y, como consecuencia inmediata, el eje de este plano (eclíptico) también permanece fijo respecto a la bóveda.
Si volvemos a la figura 30, nos daremos cuenta de que el círculo precesional es el movimiento del eje celeste (prolongación del terrestre) en el cielo: y, en el centro de esta circunferencia, está el eje de la eclíptica, que jamás se mueve de su lugar. En definitiva, la precesión puede ser también definida como una rotación del eje celeste (y el terrestre) alrededor del eje eclíptico, conservándose siempre entre ambos un ángulo de 23º 27'.
Los conceptos anteriores pueden afianzarse aun más consultando de nuevo la figura 30. La precesión consiste en un bamboleo del eje de la Tierra y, por tanto, del eje celeste, extensión del primero. Pero además es inmediato pensar que, al bambolearse el eje de la Tierra, el ecuador terrestre también realiza el giro, pues es todo el planeta el que hace el movimiento de la peonza.
Como ya es sabido, el plano del ecuador celeste es la prolongación del ecuador de la Tierra y, al moverse el segundo, también se mueve el primero (ecuador celeste). La eclíptica, en cambio, es fija y permanece inmutable respecto al fondo de estrellas; pero el ecuador celeste no, ya que este círculo es una abstracción definida a partir del ecuador de la Tierra. Por todo lo anterior, la precesión equinoccial pueda explicarse también como un bamboleo circular del plano del ecuador celeste (móvil) con respecto a la eclíptica (fija).
Pero, ¿qué importancia puede tener que un círculo irreal del cielo como el ecuador celeste se mueva?. Realmente, no es un círculo ficticio, pues el ecuador celeste nos indica la posición relativa de las estrellas con respecto a la Tierra.
Recordemos que el eje celeste (prolongación del terrestre) se llama así porque, en torno a él, gira toda la bóveda celeste en un día, aunque nosotros ya sabemos que es en realidad la Tierra la que rota en torno a su propio eje. Pues bien, hoy por hoy, la estrella polar no gira nada prácticamente, por coincidir su posición casi con el polo N de la bóveda o punto de rotación N. Pero con el tiempo y, gradualmente, la estrella polar comenzará a girar en torno al polo N celeste, el cual se irá distanciando cada vez más de ella. A la vez, los círculos de esta estrella, que ya no será polar, se irán ampliando cada vez hasta que el polo N celeste dentro de 12.960 años (25.920/2) se sitúe en el punto opuesto al que está hoy.
A partir de ese momento, la estrella polar irá describiendo círculos menores cada vez hasta recuperar su posición actual dentro de 25.920 años. Algo parecido sucederá con todas las estrellas visibles de la bóveda celeste, cuyas rotaciones diarias aparentes alrededor de la Tierra irán variando con respecto a nuestro planeta a lo largo de milenios.
Como resumen, se puede decir que la precesión equinoccial genera lentamente diferentes inclinaciones angulares de la Tierra con respecto al cielo o, desde la perspectiva esotérica, distinta orientación del espacio o esfera mental celeste con referencia a nuestro planeta.
Volviendo a la parte técnica, ahora cabe preguntarse: ¿por qué se llama precesión "de los equinoccios"?.
Aparte de las ilustraciones es ahora conveniente que use o imagine dos aros de cualquier material (cartón, plástico, metal, etc.), uno de los dos un poquito más pequeño que el otro para que, colocados sobre la mesa, ambos puedan encajar perfectamente. El aro circular interno va a representar el ecuador celeste y, el externo, la eclíptica.
Comencemos por inclinar el círculo de la eclíptica un poco, imitando los 23º 27' ya conocidos. Quedan ahora dos puntos de corte entre los dos aros, representando a los dos equinoccios. Para imitar la precesión equinoccial, tenemos que hacer girar sobre sí mismo el aro interno (ecuador celeste), sin que pierda su inclinación con respecto al externo (eclíptica).
Vemos entonces que los dos puntos de corte entre ambos planos también van girando.
El movimiento se llama precesión porque el bamboleo del ecuador celeste se realiza en sentido contrario al movimiento normal del Sol, es decir, los equinoccios van retrocediendo en la eclíptica lentamente con respecto al fondo de las estrellas fijas o constelaciones (Fig. 31).
En esta figura se observa que el zodíaco intelectual se inicia en el punto vernal o equinoccio de primavera para el hemisferio N, cuando el Sol comienza a elevarse sobre este último. Como la precesión hace que el punto vernal vaya retrogradando en la eclíptica (Fig. 30) y este punto de corte es el comienzo del zodíaco, concluimos que el zodíaco intelectual también retrocede con respecto al fondo fijo de las constelaciones (Figs. 31 y 32). Es ahora más fácil de entender que el zodíaco natural no coincide con el intelectual por dos motivos:
*** Las constelaciones tienen longitudes desiguales y los signos poseen todos 30º.
*** El zodíaco natural es fijo y el intelectual es móvil respecto al primero. Pero, visto desde la Tierra, el intelectual resulta ser el inmóvil, pues está "apoyado" en la prolongación del ecuador terrestre, es decir, el ecuador celeste.
Como ya se ha dicho, el zodíaco intelectual se usa para la confección de todo tipo de cartas astrales individuales y, entre ellas, por supuesto, las cartas astrales natales o del nacimiento, así como las cartas astrales de ciudades, países, empresas,etc.
El zodíaco natural, en cambio, tiene su aplicación en la evolución macrocósmica, mediante el estudio de las llamadas eras astrológicas.
Fuente del Texto:
www.vidapositiva.com/Vivimos-un-proceso-galactico.html